El 14 de octubre de 2025, la Policía Nacional del Ecuador, a través de la Policía Judicial del Distrito Manta, en coordinación con unidades del subsistema investigativo y con el apoyo táctico del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), ejecutó la Operación «Cero
Impunidad 2785″, en la ciudad de Manta.
Gracias a labores técnicas de investigación y al intercambio de información con unidades especializadas, se conoció que en dos inmuebles ubicados en los sectores 20 de Mayo y Costa Azul se estarían almacenando armas de fuego, municiones y vehículos reportados como robados, presuntamente utilizados para el cometimiento de asesinatos en los cantones Manta, Montecristi y Jaramijó.
Durante el operativo, los agentes policiales intervinieron los domicilios mencionados, logrando la aprehensión de cinco personas:
- Sergio Andrés S.M., ecuatoriano, de 20 años de edad.
- U.L.O.J., adolescente ecuatoriana de 16 años.
- C.C.E.L., adolescente ecuatoriano de 17 años.
- José Armando P.S., ecuatoriano, de 19 años de edad.
- Elkin Kair V.S, ecuatoriano, de 20 años de edad.
INDICIOS
- 1 vehículo marca Toyota, reportado como robado el 17 de agosto en Playas y vinculado a una desaparición involuntaria.
- 780 dólares aproximadamente
- 8 municiones calibre 40 mm.
- 1 munición calibre 7.82 mm.
- 4 terminales móviles.
- Documentos relacionados con vehículos, incluyendo placas TBG-9039 y KH396G.
Las primeras indagaciones permiten establecer que los dos últimos ciudadanos estarían presuntamente vinculados a hechos violentos registrados en los últimos días en la jurisdicción el 24 de septiembre en el circuito fabril y el 09 de octubre en el Circuito Jaramijó, por lo que fueron puestos a órdenes de las autoridades competentes para determinar su grado de responsabilidad.
De acuerdo con la información recabada, los implicados serían originarios de Quevedo, Valencia y Durán, y pertenecerían a los Grupos de Delincuencia Organizada (GDO) “Los Lobos” y “Los Lagartos”.
Dentro de su modus operandi, estas personas alquilaban viviendas en distintos sectores de Manta, las equipaban con artículos básicos y permanecían en el lugar hasta recibir la orden de ejecutar atentados contra personas específicas. Tras cometer los delitos, abandonaban o incineraban los vehículos utilizados, y posteriormente recibían pagos en efectivo que oscilaban entre 1.500 y 3.000 dólares, según el caso.