La Catedral Metropolitana San Pedro de Guayaquil fue el escenario para la celebración del Tedeum en conmemoración del «Octogésimo Séptimo» aniversario (87 años) de profesionalización y centésimo septuagésimo noveno aniversario (179 años) de institucionalización de la Policía Nacional del Ecuador, que marca el inicio de las festividades policiales.
La ceremonia empezó a las 08h00, con el ingreso de la patrona de la institución policial, la Virgen del Cisne, luciendo radiante con su velo color verde olivo. Acto seguido se escucharon las notas del Himno Nacional y el ingreso del Pabellón Nacional.
El evento contó con la presencia de la señora Gobernadora de la provincia del Guayas, Abg. Zaida Rovira, y autoridades policiales de los 12 distritos que integran la Zona 8, así como militares y civiles.
Dentro del acto litúrgico que fue celebrado por el Cardenal y Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Cabrera Herrera, se honró la memoria de todos los héroes policiales, quienes en cumplimiento de su ferviente vocación de servir y proteger ofrendaron sus vidas.
En la intervención, el GraD. Pablo Dávila Maldonado, comandante de la Zona 8 expresó “la Policía Nacional ha sido un pilar fundamental en la construcción de la patria ecuatoriana. Durante estos 179 años hemos evolucionado, adaptándonos a los cambios de la sociedad y enfrentando los desafíos de cada época, con la gallardía y determinación que siempre nos ha caracterizado”.
Además, en su discurso, también destacó el esfuerzo de cada uno de las damas y caballeros de la paz, quienes, con su trabajo incansable, han contribuido para construir una sociedad más segura y justa. También agradeció a las familias de todos los servidores policiales, cuyo apoyo y comprensión permiten cumplir con la misión constitucional.
Durante la intervención, el señor Cardenal dio su bendición para los más de 8.000 servidores policiales que trabajan en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). Con un «Padre Nuestro», envió bendiciones y protección a la labor diaria y sacrificada de los uniformados.
La ceremonia finalizó con un acto simbólico de ofrendas al altar mayor por parte de las “Damas y Caballeros de la Paz”. (Diana V. / DNCOE)